Los tumores del oído pueden ser no cancerosos (benignos) o cancerosos (malignos). La mayoría de los tumores del oído se descubren cuando las propias personas afectadas notan su aparición o cuando el médico explora el oído por una pérdida de audición.
Tumores no cancerosos (benignos)
Los tumores no cancerosos pueden desarrollarse en el canal auditivo, obstruirlo y causar pérdida de audición y acumulación de cerumen. Tales tumores incluyen
- Los quistes de inclusión epidérmica (a veces denominados quistes sebáceos): pequeños sacos llenos de secreciones cutáneas
- Osteomas y exóstosis: crecimientos óseos benignos
- Los queloides: crecimientos de exceso de tejido cicatricial después de una lesión o perforación del oído
Las exóstosis se producen en personas que nadan en agua fría, tales como buceadores y surfistas. «Oído de surfista» es un término común para designar la exóstosis ósea en el canal auditivo.
El tratamiento más efectivo para estos tumores óseos no cancerosos es la extirpación quirúrgica. Después del tratamiento, la capacidad auditiva suele volver a la normalidad. Los osteomas o exóstosis pequeños que no provocan obstrucción no requieren ninguna intervención.
En los queloides se puede inyectar varias veces un corticosteroide, como la triamcinolona, o bien se pueden extirpar quirúrgicamente. Pueden administrarse inyecciones adicionales de corticosteroides, o incluso radioterapia, después de la extirpación quirúrgica.
Tumores cancerosos
El carcinoma de células basales (carcinoma basocelular) y el carcinoma de células escamosas (carcinoma espinocelular) son cánceres de la piel frecuentes que pueden desarrollarse en el oído externo después de una repetida y prolongada exposición al sol. Las personas que sufren infecciones crónicas del oído pueden tener un mayor riesgo de desarrollar un carcinoma de células escamosas. Cuando estos cánceres aparecen por primera vez, pueden tratarse con éxito extirpándolos quirúrgicamente o aplicando radioterapia. Los cánceres más avanzados pueden requerir la extirpación quirúrgica de una zona más amplia del oído externo. El melanoma es otra forma de cáncer, que se disemina con mayor rapidez, que también puede desarrollarse en la piel del conducto auditivo externo y debe ser extirpado quirúrgicamente.
El ceruminoma (cáncer de las células que producen el cerumen) se desarrolla en el tercio externo del canal auditivo. Estos tumores no se diseminan (metastatizan) a otras áreas, pero son destructivos para el canal auditivo. Los ceruminomas no tienen nada que ver con la acumulación de cerumen. El tratamiento consiste en extirpar quirúrgicamente el tumor y el tejido circundante.